El árbol del manzano pertenece a la familia de las rosáceas, se trata de una gran familia en la cual podremos encontrar a más de dos mil especies que se encuentran en las diferentes regiones templadas del mundo.
Muchos aseguran que el cultivo de la manzana es tan antiguo como la humanidad, siendo el árbol del manzano uno de los más cultivados del mundo.
Los principales componentes son:
Aminoácidos: entre los aminoácidos encontramos cisteina (permite eliminar toxinas del hígado), glicina (antiácido y un buen ayudante del sistema inmunitario), arginina (necesario para el crecimiento muscular y la reparación de los diferentes tejidos), gástrico (ayuda a combatir la anemia y la artritis), valina (ayuda al crecimiento de los niños y actúa en el equilibrio del nitrógeno), metionina (es útil para la producción de cisteina, que permite combatir el colesterol).
Pectina: permite que se disuelva el colesterol y es una excelente alternativa para prevenir la diabetes.
Ácidos: glutamínico (antiulceroso, tónico, incrementa la capacidad mental), linoleico (Vitamina F ).
Azúcares: fructosa, glucosa y sacarosa.
Y también hierro, magnesio, potasio, fósforo y calcio.
Las manzanas son muy buenas para evitar la inflamación del sistema digestivo. En el caso de que existe una inflamación del estómago nada mejor que comer una manzana o compota realizada con esta fruta. Además permite la desinflamación de las vías urinarias y de los intestinos.
También es muy buen antiácido estomacal. Su contenido en pectinas permite que se regule la acidez. Para ello deberás realizar una decocción con una manzana trozada por unos 15 minutos en un litro de agua y tomarla tres vasos por día.