Las grasas artificiales: el gran reto de EE.UU

Los Estatos Unidos se han planteado seriamente un gran reto: eliminar las grasas “trans” artificiales, las que están presentes es la mayoría de alimentos procesados. La encargada de este paso adelante es la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) quien ha propuesto algunas medidas para evitar que esta sustancia, que favorece la obstrucción arterial, sigan provocando problemas cardiovasculares en la población.

grasas transSegún esta propuesta de la FDA todas las empresas alimentarias que quieran añadir ingredientes a los productos que producen, deberán asegurar que son científicamente seguros. Algo difícil, porque médicamente ya se ha demostrado muchas veces que no es así. Por ejemplo, la cantidad de aceites parcialmente hidrogenados no debería ser superior a la que se considera segura, ni se les podría añadir sal o cafeína, hecho que ocurre a menudo. Además, el Instituto de Medicina de Estados Unidos(IOM) advierte que no existe un nivel seguro para el consumo de grasas trans artificiales.

Los defensores de la salud pública en Estados Unidos ya hace 30 años que iniciaron esta lucha contra la eliminación de las grasas manipuladas. En esa época se hicieron especialmente populares en las cocinas de los restaurantes. Y es que todas estas grasas se obtienen después de ser sometidas a un proceso de hidrogenación que hace que los aceites de fritura y algunas grasas mejoren su consistencia y el sabor de los alimentos, incluso que los hagan menos perecederos. Pero ya se ha demostrado con numerosos estudios que estas grasas son más nocivas para la salud que las saturadas. Cuando la medida a favor de su eliminación se ponga en práctica, se podrán prevenir más de 20.000 infartos y 7.000 muertes por enfermedades coronarias cada año.

La ciencia ha ratificado que estas grasas “trans” son peores que cualquier otro tipo de grasa porque aumentan los niveles del colesterol malo y disminuyen el colesterol bueno. Ya en 2006 se hizo una normativa de la FDA que obligaba a describir en las etiquetas de los alimentos la presencia de estas grasas artificiales, y eso ayudó a que muchas marcas eliminasen productos que, aunque muy comerciales, estaban fabricados a base de este producto.

Y por si fuera poco para la presión de los establecimientos o marcas que todavía la añaden a sus productos, en el año 2005, la ciudad de Nueva York prohibió el uso de las grasas ‘trans’ artificiales en los restaurantes. Un gran ejemplo son las cadenas de restaurantes como McDonalds, quienes tuvieron que encontrar substitutos más apropiados.

Y gracias a estas acciones la cantidad de este tipo de grasas que comían los estado unidenses ha disminuído des del 2006; si en ese año cada persona ingería 4,6 gramos de grasas trans al día, en 2012 la cifra es de 1 gramo por día, según un informe de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU (CDC).

Pero como estas grasas no están prohibidas, todavía son fáciles de encontrar en muchos alimentos procesados y no sólo en Estados Unidos, sino en miles de alimentos que se exportan, como las palomitas para microondas, algunos postres congelados o prefabricados, las pizzas congeladas y las margarinas. Lo peor es que en la mayoría de los casos el consumidor final no sabe que lo está ingiriendo y esto es lo más peligroso. ¿Por qué? Porque las empresas están obligadas sólo a especificarlo en la etiqueta cuando el alimento lleve más de 1/2 gramo por cada 100 gramos. Si la cantidad es inferior, no es obligatorio exponerlo.

Pero una vez más los nutricionistas y los especialistas en salud advierten que con ese “poco” al día se pueden llegar a tener complicaciones de salud en el futuro ya que con 2 o 3 gramos de grasas trans al día, el riesgo de enfermedades cardiovasculares aumenta de manera exponencial. Un grave problema sobretodo en EE.UU, donde el 79% de la población sufre sobrepeso u obesidad.

Autor: mireiab
Título: Las grasas artificiales: el gran reto de EE.UU
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Categoría: Noticias Gastronómicas, Recetas
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